jueves, 21 de febrero de 2008

Manual urgente de comunicación urbana

Introducción

"Sólo con el corazón se ve, lo importante es invisible a los ojos” Saint Exuperi

Primero, antes de cualquier cosa, debo aclarar que con este trabajo no pretendo cambiar al mundo ni convencer a nadie de nada. Sólo es mi deseo desde una construcción minimalista, plantear interrogantes ante una carrera profesional y su función social, pues a pesar de toda la historia de esta profesión maravillosa, su inmensa dinámica y de su total similitud con el ser humano, con sus virtudes y defectos, los Comunicadores Sociales nos podemos dar el lujo de repensar todos los días nuestra profesión.
Esta breve redacción está dividida en tres partes: una dedicada totalmente al Profesional de la Comunicación y otra como una breve reflexión del deber ser de la comunicación dentro de la sociedad.
Y empiezo presentando una visión de lo que es la comunicación, a partir de diversas teorías que, aclaro, son más valiosas por su forma, como es típico de los Comunicadores, y luego paso a hablar de sus profesionales, para ir después al sentido que para mí, como responsable de este texto y abusando de la bondad de algunos autores en quienes me apoyo, tiene la comunicación dentro del contexto de construcción de sociedad.
Cuando mencionamos la palabra comunicación estamos aludiendo a significaciones que causan un verdadero caos a la hora de medir sus efectos. Saber a ciencia cierta qué es y quiénes son los responsables de ella, es decir, no sólo desde el punto de vista de los profesionales sino también del ciudadano común, nos ayudará a pensar sobre su verdadero papel dentro de la sociedad.
Sociedad entendida como un sinnúmero de visiones de mundo que se entrelazan y chocan entre sí partiéndose en pedazos y regenerándose en células nuevas, diferentes a la matriz original, que conforman un mosaico en el cual el ser diferentes es lo único que nos hace iguales en el interior de los conglomerados a los cuales llamamos ciudades que para bien o para mal nos toca compartir.
Y es en ese compartir donde está el secreto de la supervivencia de la humanidad, la cual, sin lugar a dudas lo único claro que tiene es la escasez de los recursos necesarios para la vida. Siendo ésta la única razón de fondo de todas las problemáticas por las cuales pasamos a diario. Si no tuviéramos que respirar para qué el aire, si no tuviéramos qué comer para qué la comunidad.
Y para que todo esto ocurra es necesario que exista un elemento cohesionador, conector y dinamizador encargado de juntarnos y hacernos saber los unos a los otros que existimos y que, querámoslo o no, estamos sobre el mismo planeta y tenemos el derecho a vivirlo y vivirlo en paz. Ese elemento no es otro que la Comunicación.


Primero: La Comunicación
¿Qué es la Comunicación?
Todavía los pensadores modernos se están dando “totes” en la cabeza para intentar explicar qué es la Comunicación, y por supuesto son muchos los puntos de vista desde los cuales se puede enfocar la cuestión. Abraham Moles en su Teoría Estructural de la Comunicación y la Sociedad[i] nos dice: “Para enmarcar el acto de la Comunicación partimos del hombre individual, aislando la mente en una especie de esfera personal a través de la cual pasan los estímulos del medio ambiente; ahí se sitúa para él “la frontera de su ser”.
Dentro de esta esfera el individuo recibirá los mensajes del mundo exterior que contribuirán a determinar su comportamiento y a suscitar reacciones. Estos mensajes - estímulos que golpean sus sentidos provienen de lugares distintos y se presentan bajo distintas formas.
El hombre construye su destino, su conocimiento del mundo, sus sentidos, sus significados y su cultura a partir de esa “mirada en perspectiva” acerca del medio que lo rodea.
Consideremos ahora a otro individuo que también tiene su esfera personal de sensaciones y acontecimientos. La Comunicación consistirá en el establecimiento de una concordancia entre las esferas de los dos seres, que se expresan el uno a otro mensajes que poseen un continente y un contenido”… hasta aquí esta muy bien. Nos estamos refiriendo a la vieja estructura donde se codifica y se decodifica, de emisor - perceptor, mensaje, perceptor - emisor, según la cual la Comunicación tiene entonces como raíz la idea de “poner en común”.
Sin embargo, podemos acudir a Lacán[ii] para demostrar que partiendo de la misma definición de Moles, la Comunicación como tal no existe.
Utilizando la misma estructura del signo lingüístico de Saussure, donde los códigos están compuestos por significante y significado, Lacán cambia el significado por el sentido: la experiencia de cada individuo, pues detrás de él está toda la formación histórica de ese individuo, su tradición y su inconsciente, entre otros; y al significante le da una orientación connotativa. Postulado con el que Carl Jung y Noan Chomsky están de acuerdo
La Comunicación no existe en cuanto en el campo de lo simbólico, de formación personal, no hay una concordancia exacta entre los significantes y los sentidos de dos individuos.
Pero si la Comunicación como tal no existe entonces en qué se fundamenta el “contacto” necesario para la construcción de sociedad?
Para comprender, o mejor, para responder esta pregunta empezaremos por decir que en razón de la supervivencia los hombres deben asociarse. Pero cómo se da esta asociación?
Para Juan Jacobo Rouseau[iii] es necesario que se elabore un “Contrato Social” en el cual los hombres nacidos libres renuncian a su libertad en pro de una voluntad general, haciendo cada cual su enajenación sin reservarse nada. La enajenación total de cada uno de los asociados con todos sus derechos, realizada a favor del bien común, porque en primer lugar, dándose cada uno en todas sus partes, la condición es la misma para todos y es la condición igual para todos... surge un pacto en el cual los asociados renuncian a sus libertades individuales a favor del conglomerado al cual pertenecen y éste delega en una persona elegida libremente. Cuando surge un contrato en estos términos, el hombre no sufre perjuicio alguno por cuanto “cada uno uniéndose a todos no obedece sino a sí mismo y queda tan libre como antes”
La unión es tan perfecta como puede serlo, sin que ningún socio tenga qué reclamar, pues si persistieren algunos derechos particulares, como no existiría un superior común que pueda fallar entre ellos y el público, siendo cada uno su propio juez en algún asunto, bien pronto pretendería serlo de todos, subsistiría el estado de la naturaleza y la asociación llegaría a ser tiránica o, o e, inútil.
Siendo que cada hombre renuncia por completo a su libertad, la obtiene pues asegura los mismos derechos y deberes del conglomerado al cual se ha asociado como parte indivisible de un todo.
Buena la teoría, aunque su gran falla es el exceso de racionalidad, los hombres no somos tan racionales, y que por supuesto ninguno de nosotros firma un contrato escrito, es un algo intangible impuesto por la sociedad y la cultura. La teoría de Rouseau, ni ninguna otra, sería posible, ni siquiera de pensar, por fuera del lenguaje, y es allí, en ese conglomerado donde se le realiza un encargo social a la Comunicación como expresión de ese lenguaje y como un elemento que nos junta, nos conecta - psicológicamente individuales - y nos sumerge dentro de un pacto colectivo que nos permite comprendernos y construir sociedad.
¿Entonces qué es la Comunicación? Es el elemento cohesionador que nos hace participes de una sociedad, de una cultura, de una civilización…
y es precisamente esa cultura la que le da vida a la comunicación, pues es ella la encargada de crear significados artificiales, que nos son comunes a todos los participantes de determinada y hace posible la interacción. Lo cual encierra un peligro en si mismo, y es que como los significados culturales son "creados" pueden ser destruidos y reemplazados por otros a imagen y semejanza de los intereses particulares, a través de los medios de comunicación.
Se debe observar también otro detalle, los seres humanos, a pesar de toda nuestra trayectoria, no nos hemos acostumbrado a la renuncia de la libertad como lo expone Rouseau; vivimos en un permanente duelo por la perdida y con la sospecha constante del deber ser de las cosas, lo cual nos pone en una situación de 50/50, a favor y en contra del sometimiento a las normas sociales. Esta situación realmente hace parte de la naturaleza del hombre y representa las lógicas posiciones contestatarias que configuran el dinamismo del sistema. Esto significa además que todos los aspectos de la rebeldía, aunque dolorosos y reprochables, según el punto de vista, son absolutamente necesarios para la continuidad de la sociedad.


¿Para qué sirve la Comunicación?
Nadie puede desconocer el valor el valor histórico y social que tiene el pensamiento de Rouseau. Pero tratémoslo visceralmente.
Desde que el hombre es hombre y por razones biológicas, empezó a vivir en pequeñas sociedades - familias, que compartían un mismo modo de expresarse, en un ambiente en el cual los recursos necesarios para la supervivencia eran muy difíciles de dominar y en ocasiones hasta escasos. La misma conformación agreste del entorno les obligó a juntarse para sobrevivir y satisfacer sus necesidades.
Tenemos allí dos elementos vitales y simultáneos. Nos juntamos para sobrevivir y sobrevivimos porque nos juntamos. (Aunque Freud nos ayuda diciendo que asociarse es una pulsión psicológica del hombre) La cosa no ha cambiado mucho durante toda la existencia de la humanidad.
Mencionemos, por ejemplo, algunas necesidades: Protección (casa y vestido), subsistencia (comer), trascendencia (la búsqueda de una fuerza superior), socialización (ser reconocido socialmente), ocio (recreación), trabajo, educación, salud, afecto y dinero. Estas necesidades nos demarcan la obligatoriedad de asociarnos con otros en un pacto que nos permita satisfacerlas y para lo cual debemos someternos a unos lineamientos y normas que pueden ser consuetudinarias o por escrito. Debemos llevar normas comunes, y para eso debemos conocerlas, aprehenderlas y aprenderlas. Para que exista esta educación debe haber contacto, comprensión, entendimiento, o sea Comunicación.
Pero este proceso nunca es fácil y encierra toda una construcción interactiva que como construye destruye: las relaciones de poder. Entendiendo poder como la capacidad de lograr que otros hagan lo que uno desea que hagan.

Relaciones de Poder
Toda persona en su interior esta formada a partir de diferentes factores a los cuales se han dedicado diferentes áreas del conocimiento. Nosotros los denominaremos filtros y son: La Historia, La Sociología, La Sociología, La Psicología, La Economía y La Política, con un campo macro que es La Cultura. Estos filtros dentro de la cabeza de cada persona (la esfera personal de Moles ) constituyen su lenguaje y se expresan mediante los códigos, los ritos y las costumbres, entre otros, y estos se materializan en el establecimiento de relaciones con sus semejantes. De estas nombraremos cinco por ser las más comunes:
1. De poder: la capacidad de demandar y obtener,
2. Afectiva: la capacidad de influir en otros mediante el afecto,
3. Económica: la capacidad de distribuir los recursos, no tiene que ver con su producción.
4. Política: la capacidad de defender las ideas, negociar las conveniencias y de participar.
5. Fuerza: la capacidad de tomar las cosas por encima de todos los demás, sin consentimiento y en ocasiones utilizando el terror y la violencia.

Es en estas relaciones entre el individuo y sus semejantes donde se materializa la Comunicación, dentro de un espacio y de un tiempo dado y desde las cuales se construye sociedad. Esta dinámica le da también un punto de partida, a la concepción de la Ética del hombre en su diario vivir y le da también un objeto de estudio a la Comunicación. Las relaciones entre el hombre y sus semejantes.
Reflejo de estas relaciones de poder se configuran, entre otras, tres dinámicas que movilizan desde la comunicación la reconstrucción permanente de la sociedad: El nivel de liderazgo, el nivel gregario y la escala de ambición.
En todo juego de poderes alguien gana y alguien pierde. Después de salir del regazo de nuestras madres, todos los seres humanos nos vemos enfrentados a nuestro entorno. El océano que representa la sociedad circundante. Ese enfrentamiento lo podemos asumir de dos maneras, tratar de dominar o encerrarnos en nosotros mismos para protegernos. Ambas posiciones no son otra cosa que fruto del miedo y el desasosiego involuntario por encontrarnos solos y sin más herramientas que nosotros mismos. Todo esto sucede, por supuesto, en nuestra consciencia. Aunque se conviva en familia nuestra mente es un recinto solitario.
Quien trata de dominarlo todo necesariamente esta abierto y expuesto a sucumbir frente a las fuerzas de la naturaleza cultural, pero su necesidad de hacer desaparecer la incertidumbre lo lleva constantemente a querer redefinir todas las realidades que le circundan, obviamente, esto sólo es posible mediante el lenguaje. Desarrolla para si la capacidad de influir sobre otros con sus visiones de mundo, y orienta cuanto puede para que "su mundo" se construya a "su manera".

Por otro lado, quien se encierra descubre pronto que debe moverse para subsistir, pero su mismo miedo ha coartado su iniciativa y se ve en la siempre perenne necesidad de ser guiado y de que constantemente le digan qué hacer para alcanzar su realización. También es aquel que cuando ve alterado su status quo reacciona, en ocasiones con violencia. Tan necesario es quien orienta como aquel a quien se orienta. Es necesario aclarar que en cada ser humano hay al tiempo porcentajes de ambas cosas, en mayor o menor grado, y que esta situación se puede modificar a consciencia.
Pero el subsistir por si sólo pocas veces basta. Como seres humanos somos perfectos inconformes, sobre todo en occidente, donde el reconocimiento y la superación está cifrada en el afán de acumular permanentemente, convirtiéndose en un juego diario donde además de existir deseamos más y más. Ambas cosas se ubican en una línea recta en la cual de un lado tenemos el ser y del otro encontramos el tener. A esto le denominamos la Escala de Ambición.
Todas la personas nos orientamos con un mayor porcentaje hacia uno o el otro lado de la línea y de acuerdo a esto generamos nuestros criterios, ética y forma de accionar en el diario vivir. Lo que se constituye en nuestra psiquis en una ideología, dándole a esto la profundidad del análisis de lo individual, tal como se le da a lo colectivo. Son formas de pensamiento, de modelos de mundo. Hasta aquí llega Jung cuando plantea el inconsciente colectivo.

1.1. Y se especifican:
a. El nivel de relevancia del mensaje para el sujeto (nivel cognoscitivo)
b. La Conducta a modificar.
c. La Conducta deseada.
d. Los Estímulos a aplicar. (Estos estímulos se encierran en muchas de las actividades del plan)


2. DISEÑAMOS DEL DISCURSO.
a. Una vez obtenida y analizada esta información, se cruzan los puntos 1 y 2 para dilucidar del resultado el contenido del discurso, no lo confunda con una exposición ante un público:
2.1. El discurso tiene las siguientes características:
a) Se estipula un dios, quien responde unas preguntas universales y a quien se le debe amor. Ese dios nos muestra una víctima y nos exige un sacrificio.
b) Es necesario reducir el discurso: 1) al nivel de un "credo" para que se grave en la mente de las personas con la reiteración, 2) a un tamaño manejable por los medios a utilizar.
En síntesis ¿para que sirve la Comunicación ?
En una palabra es para convivir, y convivir cómo? Éticamente.


Segundo: SUS PROFESIONALES


El Comunicador
La Comunicación como profesión se nutre de las innumerables relaciones que se establecen entre los distintos actores que componen una sociedad, pero siempre se queda en la superficie del intrincado tejido que supone una sociedad en la cual la diversidad es el único factor común.
El concepto de Comunicación, en su acepción más simple que es “poner en común”, es demasiado amplio pues parte de las relaciones en célula primaria como lo es la familia, hasta la conformación de una cultura transnacional en lo que Mc Luhan llama la “Aldea Global”. Esto ha causado que se inserten varias modalidades a la profesión diversificando el campo de acción profesional: La Comunicación Organizacional o Relaciones Públicas en las empresas, el Periodismo y los Medios de Comunicación y la llamada Comunicación Alternativa. Estos son sólo el simple ejercicio de la función comunicar.
Surgen entonces varias preguntas: ¿Quién es el Comunicador, qué hace y por qué lo hace? Y si pensamos en la definición de Comunicación que vimos al principio, nos preguntamos qué justifica la existencia de esta profesión como nos la plantean las Facultades de Comunicación del país.
Vimos que la Comunicación es el elemento cohesionador que nos hace participes de una sociedad. En este sentido no basta con que exista un contacto, es necesario también que haya un intercambio, pero qué se intercambia, la respuesta es simple: Información.
Desde aquí, desde el contrato de Rouseau, que nos iguala a todos que nos hace partícipes a todos, nos convierte a todos en Comunicadores, diferenciándonos sólo por el grado de destreza y por la preparación técnica en el manejo de la información y en los usos que de ella hacemos.
Esto nos convierte a quienes estudiamos esta carrera en profesionales de la información y nos establece una posición ética entre el deber ser de partiendo del punto de vista del concepto aquí mencionado de Comunicación, esto es, la construcción y la integración de la sociedad sin olvidar que partimos del individuo, logrando la convivencia de sus actores.
Pero bajémonos de la nube y veamos lo real. Por una parte se nos da el título de Comunicador Social, pero qué tanto hay de social en el Comunicador, para él qué significa y qué significa la existencia de este Comunicador para la sociedad. ¿Tiene lo social algo que ver con el concepto sociedad o es una simple nomenclatura para determinados grupos?
Es aquí donde el modelo de Rouseau ha perdido espacio entre los modelos de mundo y de sociedad que suponen la instauración de formas de orientación de los conglomerados como lo son el capitalismo y su expresión el imperialismo y el controvertido y aun no ausente el comunismo y su expresión el socialismo, cada cual estableciendo paradigmas para los proyectos de vida de cada persona.
Estamos hablando de la acumulación de riquezas a toda costa o de la supresión máxima de las “libertades humanas”(entendidas dentro del contexto Rousoniano) ambas atravesadas por un fenómeno del cual es muy difícil de escapar: EL CONSUMISMO.

Desde que se acuño la expresión “quien tiene la información tiene el conocimiento y quien tiene el conocimiento tiene el poder”, el ser humano está ávido de información, generando estructuras y generando políticas de mercado que exigían profesionales para hacerse cargo de dichas estructuras y para que obtener la información a como dé lugar, pero respondiendo más a sensaciones de placer, la perversión de la noticia (Freud) y de comodidad, o a la acumulación de capital dirigidos a la persuasión de “clientes”, a todo esto respondieron las universidades y sus currículos están orientados así.
Entonces qué es lo social para un Comunicador, es simplemente el espacio donde se producen informaciones que tienen la capacidad de generar algún poder (siempre para otros); y que es el Comunicador para la sociedad, es únicamente la persona que se UTILIZA para mediatizar una información de un estamento a otro.

El Periodista
Este es un caso bien interesante, puesto que está inmerso dentro de todas las concepciones que de Comunicación se tienen y casi que se piensa en él obligadamente cuando se habla de Comunicador.
Primero un Periodista es aquella persona que recoge y transmite una información dada, por un período de tiempo dado, de un lugar o hecho dado y por un medio de información colectiva. “si no hay noticias no hay periodistas” sentenció Arturo Giraldo, redactor del Periódico el Mundo de Medellín y profesor de la Universidad de Antioquia.
Pero vayamos un poco más allá. Si entramos en el campo de lo simbólico y de las estructuras urbanas y de la necesidad de intercambio de información para la conformación de referentes, para la circulación de imaginarios, indispensables para construir sociedad y por ende formar ciudadanía, en toda la expresión macrosocial sería casi imposible debido a los factores espacio tiempo, ante todo en las grandes urbes y con las nuevas generaciones. Esto hace que quienes son profesionales de la información a través de los Medios de Comunicación se conviertan en los sentidos de sus perceptores ( ojos y oídos) lo cual les permite, a estos perceptores, formar modelos de mundo y participar de la intrincada red que implica el tejido social. Muy ideal.
Pero no nos estrellemos otra vez. Primero revisemos el fondo histórico del asunto, lo concerniente al periodismo y más específicamente a los medios, en una sociedad como la nuestra, la colombiana. De donde nacieron estos medios y quiénes eran los periodistas.
Para nadie es un secreto que los periódicos, luego la radio y posteriormente la televisión han servido a los intereses de grupos políticos primero y económicos después. Desde sus inicios los Medios de Comunicación colombianos han sido los portavoces del pensamiento de unos cuantos que promulgaban por opacar lo social y lo cultural dentro del esquema político nacional.
Se había planteado ya el esquema de un periodismo nacional totalmente oficialista, en el cual la función de pensar la sociedad le fue castrada a los periodistas convirtiéndolos en simple repetidores de las fuentes oficiales, y dejando esta responsabilidad supuestamente a profesionales de otras áreas.
Se originó una mirada instrumentalista de la labor profesional desde el punto de vista de la sociedad: el Periodista debe escribir bien, redactar bien, preocuparse por la estética, la estructura, la gramática y la imagen de otros. Pero cuándo se le ha exigido al Periodista preocuparse por el contexto histórico, por las coyunturas sociales, por los efectos de las políticas en la sociedad, o, como mínimo, preocuparse por hacer respetar los derechos fundamentales del hombre.

Hasta se olvidó la propuesta de Shanon que no riñe con Lacán, acerca de la responsabilidad ética de la Comunicación de pensar en los efectos que sus mensajes producen en los perceptores.
Es por todo esto que debemos vigilar muy de cerca la proyección social del Periodista ( y también del Comunicador). El encargo social hecho a la Comunicación se cimienta en la persona, o mejor, en los contenidos que se meten en su personalidad a raíz de los mensajes reiterativos, de la influencia y de la presión que los demás, los Medios de Comunicación, ejercen sobre esta persona, por fuera de su esfera personal. Se está ante lo que Shanon denominó como los efectos del proceso comunicativo, es decir, en las modificaciones que un mensaje provoca en la formación de la personalidad del individuo. Contrario a la idea general de los Comunicadores y Periodistas, acerca de que la mayoría de los efectos que sus mensajes producen en las personas son conscientes. Nowcombe, Riso y Ascoagaz[iv] han demostrado que del cien por ciento de la información que llega a una persona, más o menos el 75 por ciento es procesada de manera inconsciente.
En conclusión, el manejo de la información, de los mensajes, necesarios para la formación de lo simbólico (personal), en el sentido macrosocial, y la formación de ciudadanía, es vital pues de estos dependen los efectos que ellos tengan en la personalidad de los humanos a quienes los profesionales de la información se dirigen.

LA CONFORMACIÓN SOCIAL DE LOS PROFESIONALES DE LA INFORMACIÓN.
Empecemos por decir de quien es tal o cual conformación social, pues cuando hablamos del Comunicador Social, el tópico se amplía notablemente, es decir: cuando hablamos del Periodista nos estamos refiriendo más a su trajinar por los Medios de Comunicación, mientras que cuando nos referimos al Comunicador, nos estamos adentrando en un ámbito que no es exclusivo de los Medios sino que su influencia se expande y va mucho más allá de todos los estamentos sociales, donde se desarrollan procesos comunicacionales y llega hasta la armonía con el universo. Este es también un punto de encuentro, lugar común que nos sirve para desarrollar el tema.
Son tres los aspectos más importantes a estudiarse en torno a la conformación social del profesional de la información.
La conformación conceptual y ética, la regulación de la labor a partir de los referentes colectivos y por último, la capacidad de visionar las consecuencias de su labor y, como resultado de las dos primeras, los criterios para las elecciones focales primarias en la ejecución de su trabajo. (desde dónde se mira tal cosa o tal otra).



LA CONFORMACIÓN CONCEPTUAL Y ÉTICA DEL PROFESIONAL DE LA INFORMACIÓN.
Si una cosa se ha discutido siempre es que al Periodista le hace mucha falta una estructuración humanística y teórica sobre aspectos referentes a su carrera. La información periodística tiene como característica la inmediatez y sólo se informa desde los hechos, olvidando todo el sustento universal que envuelve al ser humano; por eso la mayoría de las veces las noticias no tienen pasado ni futuro, sólo, quizá, tienen presente. Por supuesto aquí hacemos alusión a la labor de las universidades y su obligación de inculcar conocimientos mucho más allá de la técnica: consciencia de entorno, de universo, de humano, y de actitudes comprensivas de que la humanidad no se formó ayer, sino que tiene siglos de historia y de cultura y todos los eventos del hoy tienen mucho que ver con los ligamentos histórico - universales.
También es preciso volver a enunciar que la ética es universal - a pesar de su formación individual ( Rouseau) y que la moral es local, pero cuando se habla de la ética para los profesionales de la información nunca se realiza con la claridad conceptual necesaria.
La labor se viene practicando a partir de una moral individual inculcada con características culturales locales dejando de lado su objeto real de trabajo, el hombre y sus relaciones en la construcción de sociedad y todo lo que esto implica. Todo un universo de posibilidades enmarcadas en el Derecho Positivo.

LA REGULACIÓN DE LA LABOR A PARTIR DE LOS REFERENTES COLECTIVOS.
Para hablar de un caso concreto, en Colombia, hasta los años setenta, la práctica informativa tenía como ligadura insalvable las dos líneas políticas preponderantes en el país y el cambio se orientó hacia la dependencia de las potencias económicas; estas son verdades de perogrullo y que no se pueden negar. Se está partiendo siempre del interés privado dejando de lado toda la concepción social y sus implicaciones; por supuesto no vamos a decir que los Medios no se ocupan del acontecer diario en el cual las personas de todos los estamentos intervienen como protagonistas, pero son realmente pocas las veces en que un medio participa de las problemáticas sociales como fundamento de su función. De allí que una pregunta como ¿ Cual debe ser la función de un profesional de la información para influir en el rediseño de un nuevo proyecto de sociedad? O no tiene respuesta o se dicen cosas realmente inverosímiles.
Identifiquemos entonces el problema. Toda la labor de este profesional está mirada desde los Medios de Comunicación y no desde su función social. Es su labor en el medio lo que se evalúa y no sus posibles influencias y consecuencias, si es que la profundidad le alcanza.
Como dice María Teresa Herrán, se debe ejercer desde la sociedad, y más que desde la sociedad de las personas que la conforman. Todo un cúmulo de humanidad. Se debe orientar hacia la profundidad social.
la responsabilidad social del profesional de la información no debe ser entendida únicamente como las consecuencias de los que hace o dice sino desde la obligación de construir sociedad. Esto es también responsabilidad social.

LA CAPACIDAD DE VISIONAR LAS CONSECUENCIAS DE SU LABOR
Los criterios para las elecciones focales primarias.
Es en esta parte donde entra el criterio individual del profesional. a partir de los puntos anteriores, de su aplicación y hoy día a pesar de las circunstancias, los profesionales de la información deben estar en capacidad de prever los resultados de su intervención sobre la Opinión pública y la formación de Concepto Público; cuando se informa se debe elegir con un criterio adecuado la manera de abordar esta información, pero de dónde nacen estos criterios, de dónde se originan estos puntos de vista. Siempre lo debemos tener en cuenta. Esto más que responsabilidad social o ética es la simple consciencia de un trabajo bien hecho.
Esta capacidad de visionar va en íntima relación con el llamado paradigma de los Medios de Comunicación, del cual se dice que se trata de recrear, formar e informar, y por lo general todos se orientan a recrear pues es esto lo que vende.

UN UNIVERSO DE ILUSIONES
Sin embargo, si miramos desde la óptica de una proyección social constructora de sociedad en la cual es deber de la Comunicación ser un elemento conector y mediador entre los distintos sectores sociales, exige una revalidación de este paradigma en el sentido de que el profesional de la información ya no es un operador que recrea, informa y, si acaso, forma a un destinatario, sino que se amplía su campo de responsabilidad al hecho de dilucidar con el perceptor (el ciudadano) divulgar y fomentar los elementos y los instrumentos para la revaluación y reconstrucción de su propia realidad (la de ambos como pertenecientes a una sociedad) de manera que se conviertan tanto el profesional de la información como el ciudadano en verdaderos factores de construcción y de desarrollo de la sociedad[v].

Desde el punto de vista de la realidad, en el trabajo diario, sin soñar tanto y como propuesta práctica (esto no me lo estoy inventando yo), el aporte o la contribución que un profesional de la Comunicación puede hacer, se pueden resumir en unos pocos puntos:

· Dar a conocer al otro.
En una gran medida las fuertes diferencias sociales hacen que las personas sean contendientes anónimos operantes sobre supuestos estereotipos traídos o impuestos por agentes externos, por supuesto los Medios de Comunicación, y aunque muchas veces son basados en las estructuras sociales, pocas veces se compadecen con la realidad.
Por eso la mayoría de los problemas se dan por desconocimiento casi total de los distintos actores entre sí, inclusive en su interior ( Heidegger ), pues ni siquiera existen canales que les permitan un intercambio de realidades (los Medios de Comunicación no han servido por su labor fragmentaria). Nuestra sociedad está conformada por núcleos entrópicos que no admiten elementos de conformación diferente.

· Dilucidar con el perceptor, el ciudadano, las causas profundas de sus conflictos.
Aunque a simple vista, para cualquier persona, la mayoría de los problemas provienen de las deficiencias económicas y de las diferencias de clase, puede decirse, sólo para citar un ejemplo, que las confrontaciones se originan en las grandes incongruencias de los modelos de mundo correspondientes a cada sector social.
Modelos de mundo nacidos de los procesos históricos donde la acción política, social y económica, o la ausencia de ella, marcaron derroteros por los cuales se han movido varias generaciones. La labor del profesional de la información está en brindar los elementos de análisis de estos procesos históricos en sus manifestaciones diarias, para ayudar a comprender la realidad actual y así los ciudadanos puedan tomar las acciones necesarias para solucionar sus problemas.

· Dilucidar con el perceptor los elementos y los instrumentos para la revaluación y la reconstrucción de su propia realidad.
Un paso adelante del anterior, los elementos y los instrumentos para la revaluación y reconstrucción de su propia realidad, implica poderle llevar al ciudadano una visión científica de sí mismo, pero en los términos de la vida diaria. Es decir, poder ofrecer los elementos psicológicos, sociológicos y la comprensión de las lógicas comunicativas, por los cuales la sociedad se mueve y se puede convivir en ella, pero sin que se convierta en una emanación academista, respetando la cultura y la sabiduría popular pero orientando nuevas maneras de asumir la sociedad.
Todo esto significa estructurar toda una propuesta pedagógica desde la Comunicación y cubriendo toda la vida y todos los espacios del hombre, entendiendo que sin ella todo proceso educativo resulta una vil falacia, buscando “darle mucho más valor a los valores” para que así la dignidad, la ética y la convivencia humana estén por encima de todas las cosas, de todos los intereses.
· Divulgar los sentimientos y las expresiones de los distintos actores sociales.
En conformidad con los puntos anteriores, el desconocimiento del otro tiene origen, aparte del desconocimiento de sí mismo, en que quienes son los encargados de realizar la cohesión no logran concretar una mediación eficiente y comprensible para todos los puntos de vista. Es evidente que el profesional de la información debe ser un traductor entre los modelos de mundo.
Nuestra sociedad esta compuesta por núcleos cerrados que giran sobre sí mismos y los pocos intentos de Comunicación que se producen apenas si logran traspasar la barrera de su condición social y cuando esto sucede no presenta ningún interés para los demás sectores de la sociedad.
Al divulgar los sentimientos y la expresiones de un sector social, el profesional de la información debe tener en cuenta a quienes perciben el mensaje, no sólo para que les sea comprensible sino para que interactuen y propongan el diálogo.

· Promulgar el derecho a la diferencia y el respeto por el otro.
La nueva Constitución Colombiana hace un énfasis especial en la protección de los Derechos Humanos: “ La nueva Constitución se elaboró para que los Derechos Humanos no siguieran siendo un espejismo o una utopía. La Constitución proclamada el cuatro de julio de 1991 por la Asamblea Nacional Constituyente bien puede ser llamada con justicia la Constitución de la persona”[vi]. Entonces cuán importante es la labor de un profesional de la información para lograr una concepción ciudadana que permita que todas las personas se respeten y puedan de verdad ejercer el Derecho Positivo y, como mínimo, el libre desarrollo de la personalidad.
Realmente este es el gran punto donde todas las utopía parecen confluir. La aceptación de la diferencia podría ser la puerta de entrada a un mundo mejor donde cada uno pueda se él mismo.
Pero la realidad es otra, vivimos enfrascados en el tema de la tolerancia, la cual no es otra cosa que el grado máximo de aguante frente a algún fenómeno, y hemos desembocado a incrementar la apatía hacia el otro, reprimiendo las acciones de protesta que por lo menos se suscitaban. Vivimos en la sociedad del “no me importa lo que pase con el otro mientras no me suceda a mí” y cuando ya nos toca es demasiado tarde para mirar atrás.
Tan sólo con que los profesionales de la información se comprometieran a defender los Derechos Fundamentales instituidos en la Constitución, se lograría un cambio beneficioso en el acontecer público y por ende en los modelos de comportamiento de los ciudadanos. Esto como lo mínimo que se puede hacer.

· Propiciar los espacios de encuentro.
La verdad es que la profunda entropía de los núcleos ciudadanos, el individualismo como proyecto de vida y el sentido de competencia promovido por el sistema económico y social, ha logrado que cada ciudadano vaya por su lado sin preocuparse por el rumbo que pueda tomar una ciudad, pues esta perdió su carácter de comunidad y convirtió en un conglomerado en el cual apenas si se comparte el espacio.
Buscar nuevos espacios en los cuales la comunidad, cada individuo pueda cohesionarse e intercambiar con sus semejantes, es tarea no sólo de los arquitectos y urbanistas sino también de los profesionales de la información.
Encontrar nuevas maneras de vivir la ciudad y de orientar la praxis colectiva en los espacios referentes de encuentros y desencuentros es volverla a crear y por ende volver a redefinir la concepción de ciudadanía[vii].
Al propiciar estos espacios de encuentro se plantea la posibilidad de que los conflictos puedan ser superados y se pueda por fin lograr un acuerdo de ciudad comunicada.

· Servir de mediador - facilitador de los procesos de intercambio social.
No es sólo analizar el papel de los Medios de Comunicación en la resolución pacífica de conflictos[viii], es también pensar que el profesional de la información es un ciudadano y como tal está en la obligación de participar de los compromisos adquiridos por el hecho de pertenecer a una sociedad. Este punto de vista desborda los límites institucionales regularmente impuestos al ejercicio profesional y por supuesto pone por fuera del empleo los deberes adquiridos por un Comunicador Social.
Puede entonces el profesional, y es su obligación, embarcarse en los procesos sociales que estén dirigidos a conectar, concertar, entremezclar y lograr la convivencia y el diálogo de los diversos actores de la sociedad.
Entonces su labor sería la de servir como interprete de los diversos sentires y de las expresiones de todos los actores que intervienen, y que de uno u otro modo se verán afectados y movidos por el accionar de las estructuras comunicativas, lo cual conllevaría a lograr una ciudad comunicada.
Es muy difícil describir cuáles sería los momentos en que el profesional de la información sirva como mediador, pero no el es tanto prever el efecto que esto tendría.



Tercero: LA COMUNICACIÓN URBANA NO ES PARA PERIODISTAS.

No es mi idea, de ningún modo, realizar un texto científico para que a la gente, la que me interesa, le dé pereza leerlo. Intento poner en claro algunas ideas de las cuales partiré para orientar de aquí en adelante mi carrera profesional, en términos de la realidad.

LO URBANO.
Dentro del postulado “La Comunicación Urbana no es para Periodistas” sólo nos falta hablar del concepto de LO URBANO. Como dije arriba, no pretendo realizar un texto academicista y por eso me detendré muy poco a repasar los tópicos que lo urbano trae consigo. Además lo que me interesa es demostrar por qué la Comunicación que allí se da no es para Periodistas.
Consideramos lo urbano como las prácticas formadoras de civilidad y de ciudadanía y no solamente como un espacio físico[ix]. Al hablar de lo urbano estamos aludiendo a un término ideológico, producido y modificado por la historia social, política y económica de la “lucha de clases” y por la praxis cotidiana, enmarcado por una constante que se convierte en un criterio para mirar la cuestión. Observamos desde el punto de vista de la sociedad capitalista, de su estructura social y de su sistema político y económico, y desde las lógicas que esto implica. Manuel Castells[x] nos habla de tres fenómenos desde los cuales debemos mirar lo urbano.
· La especificidad de la estructura de clases, derivada de la dinámica del desarrollo desigual, consistente, sobre todo, en el proceso de sobrepoblación relativa, articulado estrechamente a la expansión del sector monopolista hegemónico ligado a la lógica del capital multinacional. “Tal es la problemática de la marginalidad”.
· Una especificidad del proceso de reproducción colectivo de la fuerza de trabajo, que determina la no exigencia estructural de la reproducción de parte de dicha fuerza, desde el punto de vista estricto de la acumulación de capital. La consecuencia es la urbanización salvaje” connotada por la marginalidad “biológica”.
· La asistencia pública, al nivel del consumo, para las masa populares de una estrategia populista de movilización social y originada por otros sectores, menos la comunidad.
Esto nos implica unas estructuras o unas lógicas por las cuales se movilizan las personas y se conforma lo que llamamos “”Sociedad Urbana”, definida ante todo como una cultura en el sentido antropológico del término, es decir, un sistema de valores, normas y de relaciones sociales que poseen una especificidad histórica y una lógica propia de organización y de transformación. Lo urbano se define entonces como un sistema de relaciones sociales, en la práctica, enmarcada por una concepción de mundo.
Es en ese sistema de relaciones sociales donde se inserta la Comunicación, desde el individuo en su diálogo interno, hasta las más altas tipologías de la sociedad.

LA COMUNICACIÓN URBANA
Como dice Ana María Miralles[xi]: “Para nosotros, la gran masa que comprende lo urbano nos envuelve como el aire, es tan macro su existencia que apenas si nos damos cuenta de ella”. El quehacer diario de una persona está enmarcado por lógicas comunicativas que le permiten vivir en sociedad; lógicas comunicativas que lo impregnan todo, desde la relación familiar hasta las calles y sus usos. Utilizando para ello todos los artificios que pueden constituirse como un medio de relación ( María Teresa Herrán).
Desde la estatua de la Gorda del Maestro Botero y los usos que la gente hace de ella (la dinámica de los referentes), hasta la configuración arquitectónica de las ciudades como proveniente y representativa de determinadas clases. Es a esto a lo que llamamos Comunicación Urbana.
No he querido hasta el momento hablar de “la ciudad”, por considerar que el término de lo urbano se entrelaza más por la civilidad que por el espacio físico, sin desconocer la obvia relación que se tiene con él, pues es allí donde se manifiestan las relaciones de comunicación o de incomunicación que se tengan: en las ciudades, el ciudadano , cada día más, se convierte en un anónimo público, pues empiezan a reducirse los reductos en los cuales podía ser reconocido sin perder su individualidad, lucha esta donde se enmarcan la mayoría de las dificultades: el proyecto occidental como un proyecto individualista en donde cada vez hay menos espacios y se manifiesta la transculturación. A pesar de lo extremadamente diferentes, tendemos a ser hegemónicos por categorías, esto implica la creación de submundos, subdimensiones que comparten el mismo espacio. Por lo general nos relacionamos con los de la misma “especie”.

EL PERIODISMO Y LO URBANO.
Como un gran elemento de la lógica periodística está el concepto de noticia: razón de ser de la existencia del Periodista, con todas las características que se pretende le son propias, las cuales nos son más que una falacia, sobre todo cuando hablamos del “interés general” y de su “importancia para la sociedad”[xii]. Esto es en realidad, y como lo es en la mayoría de las veces, el criterio de lo social para los Periodistas, es simplemente una mediatización y superposición de los intereses particulares sobre el general. La guerra de imagen entre los funcionarios es más importante que el alto índice de pobreza y sus niveles según Sisben. Lo que se transmite a través de los Medios de Comunicación poco o nada tienen que ver con el real interés de las comunidades - a menos que sea en pro de la imagen de algo o de alguien -. Para no ser injusto con los Periodistas de los Medios, basta con decir que las diferentes relaciones sociales que categorizan la Comunicación Urbana, por su cotidianidad, esta lejos de ser noticia de primera página, pues, como el aire, perdemos la noción de su existencia, no es algo novedoso, no se vende.

EL PERIODISTA COMO GENERADOR DE DESINFORMACIÓN Y DE VIOLENCIA.
Ya habíamos dicho, como lo ha dicho mucha gente, que lo existente en el intercambio, en el contrato social denominado Comunicación es la información, y en ella encontramos de todo, como en botica. El problema empieza cuando, siendo necesarios mecanismos para la circulación de información de una manera colectiva, estos están pensados desde el sistema económico y no desde el sistema social. Siendo como en Colombia, que los medios de Información dan cuenta del acontecer de determinados grupos, retroalimentando modelos de mundo ( Carlos Marx ) y generando un enfrentamiento entre las clases con base en estereotipos creados y matizados por el desconocimiento del otro; además de una educación negativa sobre el querer ser del hombre contemporáneo: el sueño americano, el consumismo...(Rusell Davenfort).
Hoy en día se ha producido un ciudadano muy particular: El Transnacional Individualismo. Dos conceptos que no se niegan ni se rechazan y que nos permite saber que está aconteciendo el mundo y en sistema político - económico oficialista del país y no conocer al vecino.
Desde este punto de vista se fundamentan grupos entrópicos, familiares por lo general ( si acaso) y grupales o barriales, en el mejor de los casos.
Todos estos factores han causado una tergiversación sobre una escala de valores en la cual irrestrictamente la vida iba primero y se ha volcado hacia un querer material y la satisfacción económica (sistema capitalista), por encima de cualquiera y de cualquier cosa, generando fenómenos como la corrupción exagerada y toda clase de vicios y de problemáticas sociales.
Todo esto por un lado, por el otro, para hablar específicamente de Colombia, los periodistas y los Medios de Comunicación, como portavoces de algunos actores que promulgan por opacar lo sociocultural propio de nuestra nación, y a lo largo de la historia, le han castrado al ciudadano su libertad de objeción (a pesar de que ahora nuestra Constitución la contempla) y de expresión sobre el acontecer del país. Nuestro ciudadano está ausente de contenidos ideológicos que le permitan estructurar una manera de pensar por fuera del consumismo, de tal modo que es hacia esto que orientan todas sus acciones. Siendo que la apatía política está muy arraigada en nuestro ser, no por ser así, natural, sino porque todas la voces son acalladas. Todos los días los Periodistas y los Medios de Comunicación repiten el esquema de una estructura (falsa) de sociedad, orientada hacia el fascismo y el autoritarismo enmarcado por un modelo artificioso de democracia.
Con el bombardeo constante de todos los esquemas históricos y ya mentales, los Medios de Comunicación y sus representantes, “ojos y oídos de la sociedad”, sólo generan divisionismo y estereotipos salidos de la realidad y que producen choques al momento de efectuarse la “convivencia ciudadana”. Se dan visiones amañadas sobre problemáticas y son capaces de poner en juego la vida de grupos humanos sólo por salvaguardar la imagen de un sector determinado.
Como dice Jerry Mander en su libro “cuatro buenas razones para eliminar la televisión”: los Medios de Comunicación nos hacen vivir un mundo que no es el nuestro.

EL CIUDADANO Y LA Comunicación
Creo que está claro a lo largo del texto que no pretendo en ningún momento ocupar el lugar de los sociólogos, simplemente estamos hablando de lo que es Comunicación y de cuando se produce, pues ese es nuestro objeto de trabajo, de los comunicadores. Quiero resaltar que los sociólogos hace tiempo que trabajan este tema y doy gracias a Dios que eso sea así, o sino quiénes llenarían el inmenso hueco en el conocimiento sobre el hombre que hemos dejado los comunicadores. Ahora una cosa si esta clara y es para acabar de rematar esta profesión. Nosotros somos los encargados, desde un punto de vista operativo, de comunicar a la sociedad con ella misma ( otro gran hueco) que apenas a finales de este milenio hemos caído en cuenta. Esta bien, nadie lo va a negar, tampoco Roma se hizo en un día.
Ahora si miramos el concepto de Comunicación, y sin reprocharle a nadie, observamos, como dijimos antes, que el ser humano es por esencia comunicativo, lo cual nos hace a todos comunicadores, y que lo único que nos diferencia es el grado de especialización sobre el uso y el manejo de la información. (Comunicadores y Periodistas). Sin embargo, esto no le quita la inherencia al hombre común de relacionarse con el otro. Así se construye la sociedad.

EL CIUDADANO
Empecemos por repetir que la Comunicación Urbana no se circunscribe a los Medios de Comunicación demasiado alineados, técnicos y masivos, y más bien tiene que ver con la practica cotidiana de la expresión de civilidad y de construcción de la sociedad.
Al hablar del ciudadano aquí, tampoco lo conceptuamos desde la idea de un habitante de un espacio físico, la ciudad, aunque su expresión sea en ella, sino como aquel inserto, perteneciente, connatural, a la idea de sociedad y de cultura, como una entidad viva que interactúa, mediatizado por lo simbólico, con sus semejantes.
Desde este punto de vista es válido entonces afirmar que ser ciudadano es ser Comunicador y ese simple hecho conlleva una gran cantidad de derechos y de deberes. El gran problema, como anotó el Periodista Javier Darío Restrepo en su conferencia “El periodismo en zonas de conflicto” (Apartadó, febrero de 1997) es que no se ejerce la ciudadanía, sólo, quizá, se ocupa un espacio. La verdad es que ni siquiera somos conscientes, no se nos educa para pensar ni para convivir, mucho menos para ser ciudadanos

CUANDO SE ES CIUDADANO Y LOS ESPACIOS PARA SERLO
Podemos decir que este punto es el meollo del asunto, y que para resolverlo se necesita una verdadera labor de pedagogía para la convivencia ciudadana como lo propone la Ex Alcaldesa de Apartadó (Urabá Antioqueño) Gloria Isabel Cuartas Montoya, pero también a ella es necesario hacerle saber que las palabras se las lleva el viento cuando no tienen asiento en la realidad.
Se es ciudadano cuando hacemos parte de un conglomerado, de una sociedad y cuando compartimos con los demás espacios para la cultura.
Siendo social la Comunicación se inserta necesariamente en la cultura, por que lo cultural impregna lo social y le da sustancia. Su ejercicio discurre en el ámbito de lo social y al ser así, queda inserta dentro del círculo de la cultura que prescribe los modos y formas de tal ejercicio. En cuanto la una se actualiza y hace reales las disposiciones de la sociabilidad, la Comunicación que esta en su origen vuelve a ser hallada de nuevo en su desarrollo y en sus consecuencias. Los roles y las guías de comportamiento sociales se originan por la cultura, el conjunto de pautas o normas sobre el vivir o el morir, en cuanto sirven de orientación común a un grupo cuyo punto de partida es tan válido como cualquier otro en cualquier otra cultura.
Estas prácticas están vigentes todos los días en la sociedad y lo están gracias a la Comunicación pues se transmiten, se revalidan todos los días y se participa de ellas todos lo días.
Nadie, de ningún modo se puede quitar el uniforme de ciudadano y por ende de Comunicador. Se es ciudadano siempre y se es Comunicador siempre (el autismo se está estudiando). Por eso, somos ciudadanos y comunicadores en todos los momentos de nuestra vida.

El primer espacio donde empezamos a vivir con estas tareas, la de ser ciudadanos y comunicadores es la familia. Es allí donde aprendemos los lineamiento que después nos ayudarán a obtener un mejor entendimiento con nuestros semejantes. La ausencia de estos elementos provoca que se produzcan altos niveles de violencia. Sin embargo, es tarea del estado, el propiciar la cualificación de esta primera célula de la sociedad, la cual está pensada a partir de una estructura occidental pero que en realidad puede tomar cientos de formas que van desde el concepto de manada hasta una conformación con elementos diferentes a los que por lo general concebimos, es decir, no siempre una familia tendrá padre, madre e hijos. Hoy por ejemplo tenemos un alto índice de Madresolterismo o de Mujer Cabeza de Familia, lo cual no significa forzosamente que no sea una familia, sino que esta estructurada de un modo diferente. Lo que si no puede faltar en un grupo familiar es la capacidad de comunicarse entre ellos, lo cual así sea una parte propia y natural del ser humano es posible de cualificarse.
Después de la familia vienen los grupos formales o informales que nos permiten desarrollarnos como personas y como participantes del juego que se llama sociedad. En este espacio también se dan los tipos de relaciones que anotamos cuando hablamos de para qué sirve la Comunicación. Y cuando una persona aprende a conocerse a sí mismo y a conocer a los demás sus relaciones mejoran, como consecuencia general. Estos grupos de los cuales estamos hablando son de amigos comunales o de trabajo, o de otros tipos. Lo importante aquí, es la educación que una persona reciba para comunicarse con los demás y cómo la ejerza.
La gran pregunta viene cuando se nos dice que en una sociedad como la nuestra donde la corrupción es el pan nuestro de cada día, donde la pobreza es apabullante y donde la vida vale menos que una entrada a cine, cómo es posible la comunicación si a cada uno le interesa únicamente lo que le puede quitar a los demás sin interesarse en lo que les pueda pasar. “Lo mas importante en mi vida soy yo mismo” es la expresión más popular. Mientras yo este bien lo demás no importa. Sin embargo, qué tanto me va a durar ese estar bien si lo que esta a mi alrededor tiende a dañarse y a corromperse todos los días? Realmente muy poco. O qué tan capaz soy yo de solucionar el problema de mis necesidades básicas? La respuesta es en la medida de que sea capaz de relacionarme con los demás (típico de comunicadores y Periodistas).
En la casa, con los amigos, en el barrio, en el colegio, en el trabajo, todos tenemos la obligación de ser buenos comunicadores como ciudadanos que somos. Si no se ejerce la ciudadanía es como estar absolutamente sólo en el mundo.

EL COMUNICADOR URBANO, FACILITADOR SOCIAL.
Puede haber desde los puntos de vista sobre la Comunicación urbana, una persona que se encargue de ejercerla como profesional? En que consistiría este ejercicio si supuestamente todos somos comunicadores?
Hemos detectado que uno de los principales problemas que generan el conflicto es el desconocimiento del otro. Esto por un lado, por el otro, cómo se le pide al ciudadano común que abandone el curso normal de su vida y participe en la construcción de sociedad. El ya construye sociedad desde su vivencia en sus propios espacios de socialización. Pero entonces cómo conectar estos espacios entre sí.
Debe existir y de hecho existe, una persona que se encarga de esta Comunicación. Es el Comunicador alternativo o comunitario. El problema es que se le ha metido demasiada cientificidad al asunto y no parece que cualquier persona lo pueda ejercer. Aunque no desconozco que la información apropiada para el ejercicio es insustituible, también enfatizo que siendo la comunicación inherente a la sociedad, sus instrumentos también le son inherentes[xiii], es sólo que se ha hecho un uso inapropiado de él.
Por una parte se ha querido reproducir los esquemas de medios y por el otro se ha visto al comunicador popular únicamente como un productor de medios locales. El mismo problema de los comunicadores profesionales. Y no se le ha permitido abandonar esa cárcel conceptual (Radio Latacunga. Ecuador).
Mario Kaplún nos habla de que existen tres modelos de Comunicación: de contenido, de efecto y de proceso.
En el de contenido lo que hacemos es difundir un saber, llenar un espacio con una información que por lo general se queda en el vacío. En el de efecto conseguimos que las personas que reciben la información realicen un “algo en especial”. Pero en la de proceso se destruyen los limiten entre quien informa y es informado y se convive dentro de una cotidianidad que le permite al comunicador popular no únicamente informar, sino orientar, es decir: dilucidar con el perceptor, fomentar y divulgar, los elementos y los instrumentos para la revalución y reconstrucción de su propia realidad. La de ambos. Y esto no esta circunscrito en un medio de Comunicación.
Debe el Comunicador Popular, entonces ser un líder capaz de orientar los procesos comunitarios, los procesos ciudadanos desde el punto de vista de la construcción de la sociedad. Para dar así solución a las innumerables problemáticas que se suscitan a raíz de la carencia y de la convivencia.

LA POLÍTICA, EL CONCEPTO DEL SIGLO XXI.
Desde todos los puntos de vista que hemos recorrido, se ha enfatizado en que hoy en día se ha vuelto muy fuerte el proyecto individual como proyecto de sociedad. Desde donde decir entonces que se nos permite convivir y hacernos parte de la sociedad, recordando a Rouseau, si no participamos siquiera de la vida de la comunidad y donde las formas de cohesión antiguas, como la plaza pública no producen otras reacciones que las de repudio por la estigmatización delincuencial que posee el funcionario público. Sin embargo estamos todos los día sufriendo las decisiones de las cuales no participamos y nos quejamos, muy calladamente, claro está.
Esta manera de observar el asunto tiene sus raíces en elementos antes mencionados como la violencia sobre todas las formas de protesta y la falta de una educación histórica y política que permita estructurar un pensamiento crítico y amplio sobre lo que sucede en el estado por ejemplo.
Es inútil preguntarle a cualquier transeúnte sobre Estado, Gobierno, soberanía ni ninguna de esas pendejadas que no dan para comer. Entonces como hacer que una persona se preocupe realmente por defender su situación y su futuro como ciudadano, ante toda la maquinaria estatal y paraestatal?
La respuesta todavía no la dan los pensadores de este asunto, pero lo que si podemos constatar es que los intereses de cada individuo, sólo pueden ser defendidos por él mismo, pues es él mismo el responsable de su presente y de su futuro.
Hoy en día la gente cree muy poco en la representatividad y para que hablar de las crisis de los partidos. Sin embargo como se concibe un estado sin habitantes. Se deben buscar entonces nuevas maneras de hacer política. Pero que se entiende por política?

POLÍTICA, LA POLÍTICA Y UNA POLÍTICA.
Para Tomas Moro en su libro Utopías, política es la defensa acérrima de las ideas, por encima de todas las consideraciones y puntos de vista. Para un político tradicional, la política no es otra cosas que el “arte de gobernar” y para cualquier administrador la política es el criterio que se establece para la toma de decisiones.
Cómo debemos entonces los ciudadanos entender la política y qué tiene que ver esto con Comunicación.
Si pensamos en una persona que trabaja todo el día, hace de comer, atiende a su familia, ve la televisión y todos sus días se convierten en una rutina que apenas si le permite interaccionar con sus semejantes por fuera de su familia, y que su noción de política esta muy vinculada a la de corrupción, es seguro que poco le podríamos pedir sobre su participación en política.
Pero si orientamos una educación que nos permita pensar que política es tan sólo el establecimiento de unos criterios para tomar las decisiones que le interesan a nuestra vida y la defensa de nuestros ideales, podríamos volver a caer en cuenta que todos somos un “zoom Politicom” , seres políticos por naturaleza, como por naturaleza también somos comunicadores. Todos los días hacemos política cuando escogemos el pancoger para el almuerzo o simplemente la ropa que vamos a llevar. Así como nadie puede ir al baño por nosotros, nadie puede hacer política por nosotros y por supuesto nadie debe tomar decisiones por nosotros.
Por supuesto que el gran número de habitantes hace necesario que exista una representatividad, un contrato por el cual todos podamos convivir para no caer en cierto tipo de anarquía incontrolada. Pero eso tampoco significa que debamos hacernos los de la vista gorda con las decisiones que pueden, y de hecho lo hacen, afectar nuestra vida.
La nueva manera de hacer política, y que no es tan nueva es la de vigilar las acciones que el aparato gubernamental ejecute como representante de una comunidad. Los instrumentos hace rato que están dados, lo que falta es la educación suficiente para utilizarlos.



Cuarto: CONCLUSIONES

De qué se trató este esfuerzo? Es sólo un búsqueda de ubicación frente a una carrera profesional que cada día sufre toda serie de calificaciones, justificadas unas y otras salidas de la realidad.
Estamos hablando de una profesión que se autodenomina Comunicación Social, pero que de fondo tiene muy poco de Comunicación y menos de Social. Sabemos ya que todos, como seres humanos pertenecientes a una sociedad, somos comunicadores, entonces dónde esta nuestro quehacer. Simplemente en la información. Somos ante todo profesionales de la información, pero información de dónde, para quién información?
Tenemos planteado ya el esquema de un periodismo nacional totalmente oficialista, en el cual la función de pensar la sociedad le fue castrada a los periodistas convirtiéndolos en simple repetidores de las fuentes oficiales, y dejando esta responsabilidad supuestamente a profesionales de otras áreas.
Cuáles han sido entonces las consecuencias de ese no pensar la sociedad en lo que nos concierne como lo son las relaciones del hombre con sus semejantes, viendo en este acto un contrato social que nos permite juntarnos, para, más que sobrevivir, convivir éticamente.
Hoy en día se ha producido un ciudadano muy particular: El Transnacional Individualismo. Dos conceptos que no se niegan ni se rechazan y que nos permite saber que está aconteciendo el mundo y en sistema político - económico oficialista del país y no conocer al vecino.
Es en estas relaciones entre el individuo y sus semejantes donde se materializa la Comunicación, dentro de un espacio y de un tiempo dado y desde las cuales se construye sociedad. Esta dinámica le da también un punto de partida, a la concepción de la Ética del hombre en su diario vivir y le da también un objeto de estudio a la Comunicación. Las relaciones entre el hombre y sus semejantes.
Pero tampoco podemos dejar de lado, por estas mismas ideas, al ciudadano como comunicador en si mismo y su realización de lógicas comunicativas cotidianas.
Es necesario plantear que se hace urgente el inicio de un nuevo proceso social pedagógico como el único el elemento capaz, en algunos años, de verificar una convivencia ciudadana mediante unos conocimientos viscerales de Comunicación, como un nuevo proyecto de, vida que nos permita continuar con nuestra individualidad, pero cumpliendo con nuestras tareas como hombres y ciudadanos.



[i] Moles Abraham, Teoría Estructural de la Comunicación y la Sociedad. Página 13.
[ii] Lacán, Jaques, Escritos Uno: Función de la palabra en el Psicoanálisis. Página 98.
[iii] Rouseau, Juan Jacobo. El Contrato Social. Página 19.
[iv] Neuropsicología Clínica de Ardila y Roseli, capítulo: Apraxias y Agnosis.
[v] Notas de clase. Periodismo del Tercer Milenio. Profesor Jaime Peralta. Septiembre 1995.
[vi] Mario Madrid - Malo Garizábal. Revista el defensor. Abril 1995.
[vii] Quinto Encuentro de Concertación Ciudadana. Alcaldía de Medellín. 1995
[viii] Congreso Internacional de Medios de Comunicación y Resolución de Conflictos
[ix] Morales, Manuel José. La Proxemia Urbana de Medellín. Universidad de Antioquia. 1996.
[x] La Cuestión Urbana. Manuel Castells. Ediciones Siglo XXI. México 1974.
[xi] Miralles Ana María. Mesa de Comunicación Urbana. Marzo de 1996. Profesora de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín - Antioquia - Colombia.
[xii] La Información como Derecho. Desantes Guantier, José María. Editora Nacional. Madrid. 1974.
[xiii] Alternativas de Comunicación. Mar de Fontcuberta, J.L.Gómez Mompart. Editorial Mitre. España 1983.


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