jueves, 28 de agosto de 2008

La intoxicación lingúistica. El uso perverso de la lengua.

Este trabajo se inscribe en lo que los prácticos del trepe llaman despectivamente “filosofía de la comunicación”. Ante el uso perverso que el capitalismo y sus voceros hacen de la lengua se requiere el desarrollo de un pensamiento esclarecedor, hoy reprimido y marginado. Frente a la consigna del prohibido pensar, fomento del pensamiento crítico. Frente a la producción mercantil de la comunicación, el valor de cambio y la sumisión de las conciencias, producción de valores de uso, de comunicación para la ampliación de la conciencia (Ch. Caudwell), para el dominio del entorno, la sociedad, y el aumento de la calidad de vida para todos.

El lenguaje, como el terrorismo, va dirigido a los civiles y genera miedo, ejerce violencia simbólica o psicológica. Produce efectos más allá del significado. Las palabras son como minúsculas dosis de venero que pueden tragarse sin darse uno cuenta. A primera vista parecen no tener efecto y luego, al poco tiempo, se manifiesta la reacción tóxica. “El hombre es tan propenso al efecto hipnótico de los lemas como a las enfermedades contagiosas”, decía A. Köstler. El arma más letal es el lenguaje. Sin palabras no hay guerra.

Los grandes del nazismo, como Hitler y Goebbels, procedentes del catolicismo, se ocuparon meticulosamente de la vitalidad milenaria de la Iglesia Católica. Ellos marcaron las pautas para los fundamentalistas actuales, como Bush y la camarilla que rige hoy los destinos del mundo desde las oficinas gubernamentales de Washington y los despachos de sus empresas depredadoras.
Para descargar el libro dé clik aquí

1 comentario:

Sandra dijo...

Just a sweet hello~